En la actualidad como consecuencia de la globalización se hace indispensable que los países tengan una mayor presencia en los mercados internacionales. La apertura comercial es una tendencia observable de la economía mundial y se viene efectuando desde hace dos décadas: la incorporación de ciertos países al Acuerdo General de Aranceles y Comercio GATT (hoy Organización Mundial del Comercio, OMC) y la adopción de políticas de ajuste, sobre todo desde finales de la década de los ochenta. La importancia de la apertura comercial esta en que esta permite incrementar el flujo comercial, las empresas ganan competitividad, se incrementan los niveles de empleo y se producen mayores tasas de crecimiento y bienestar en el país, pero para poder lograrlo los países están generando Acuerdos Comerciales Preferenciales, entre los cuales los Tratados de Libre Comercio tienen un esquema más integral.
Por otra parte, se dice que la apertura comercial garantiza que exista concurrencia en los mercados tanto de productos finales como de factores productivos, disminuyendo el grado de monopolización que muchas empresas tienen en nuestra economía, por lo que los precios se establecen con base a las normas del propio mercado, en especial, el precio de la fuerza de trabajo (el salario).